Freud



Sigmund Freud es, quizás, el pensador más famoso, polémico y carismático de la psicología del siglo XX. 

Sus teorías y su trabajo han dejado una huella importante en el modo en el que durante décadas se han dado explicaciones sobre el desarrollo en la infancia, la personalidad, la memoria, la sexualidad o la terapia. Muchos psicólogos han sido influenciados por su obra, mientras otros han desarrollado sus ideas en oposición a él. Hoy en día, la psicología científica se desarrolla al margen de las ideas de Sigmund Freud. Sin embargo, eso no le resta valor histórico a este investigador.

Freud es el padre del psicoanálisis, un método que tiene como objetivo el tratamiento de enfermedades mentales. El psicoanálisis freudiano es una teoría que intenta explicar el comportamiento de los seres humanos y se basa en el análisis de los conflictos sexuales inconscientes que se originan en la niñez. Esta teoría sostiene que los impulsos instintivos que son reprimidos por la conciencia permanecen en el inconsciente y afectan al sujeto. El inconsciente no es observable por el paciente: el psicoanalista es quien debe volver accesibles dichos conflictos inconscientes a través de la interpretación de los sueños, los actos fallidos y la asociación libre.

El concepto llamado “asociación libre”, trata de una técnica que busca que el paciente exprese, durante las sesiones de terapia, todas sus ideas, emociones, pensamientos e imágenes tal y como se le presentan, sin restricciones ni ordenamientos. Tras esta apertura, el psicoanalista debe determinar qué factores, dentro de esas manifestaciones, reflejan un conflicto inconsciente.

En cuanto al desarrollo afectivo sexual desde el punto de vista evolutivo, basándonos en la teoría psicoanalítica de Freud, podemos tomar en cuenta dos cosas: afectividad, que es la cantidad de energía libidinal que un sujeto expresa. Y sexualidad, que se define en base a excitaciones y actividades que producen placer.
Las características principales de este desarrollo son:

Se apuntala sobre una función fisiológica por lo que permite una unión entre las pulsiones de autoconservación, las pulsiones sexuales y de muerte.

Tiene una relación evolutiva directa con una zona erógena según el momento del desarrollo del que se trate.

Es autoerótica, pues toma el propio cuerpo como objeto de satisfacción.

La sexualidad se basa en pulsiones parciales (que se definen por su origen, y no por su fin), cada una se satisface independiente de la otra.

Es pre genital, y sus fines son diferentes al coito.

Se presenta la amnesia infantil que se da hasta los 6 años, reprimiendo todo lo vivido anteriormente.

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